Kwanimʉn –Territorio Ancestral del Pueblo Arhuaco, Sierra Nevada de Gonawindúa, Corazón del Mundo.
En un hecho histórico para el pueblo indígena Arhuaco, los días 12 y 13 de septiembre, en la comunidad de Kwanimʉn, se dio inicio al despliegue territorial de la Consulta Previa, Libre e Informada para la construcción de la Política Ambiental Indígena de Colombia. Este proceso busca consolidar el Sistema Nacional Ambiental Indígena, que contenga el propósito de fortalecer la administración y la gobernabilidad integral sobre el territorio ancestral de la Línea Negra.
Durante el encuentro, las autoridades tradicionales del pueblo Arhuaco reafirmaron que la recuperación y ampliación del territorio ancestral es esencial para la pervivencia física y cultural. Señalaron, además, que el eje central de esta política debe ser la protección y el cuidado del territorio, de su relación con la Madre de acuerdo con la Ley de Origen y el ordenamiento ancestral del territorio.

La Política Ambiental Indígena representa un paso decisivo hacia el reconocimiento y desarrollo de las competencias como Autoridad Ambiental Indígena, garantizando autonomía, gobierno propio y la protección integral de su territorio. Funciones que, aunque recientemente empiezan a ser reconocidas en el marco jurídico colombiano, han sido ejercidas de manera milenaria por los pueblos indígenas y hoy exigen respeto y reconocimiento por parte de la sociedad y las instituciones del Estado.
La Autoridad Ambiental no es un concepto nuevo para los pueblos originarios. Desde tiempos ancestrales, el cuidado de la Madre Tierra ha sido el eje de sus sistemas de conocimiento, de sus formas de autonomía, de gobierno propio y de vida. Para ellos, la naturaleza no es un recurso, sino un ser vivo con derechos, con quien se dialoga y se tejen relaciones de respeto y equilibrio.

Este reconocimiento ancestral comienza a reflejarse en la legislación colombiana con el Decreto 1500 de 2018 donde se reconoce a la Confederación Indigena Tayrona como autoridad pública de carácter especial con la función de velar por el ordenamiento ancestral del territorio. Así mismo, la expedición del Decreto 1275 de 2024 reconoce las competencias ambientales de los pueblos indígenas en sus territorios. Un paso que, si bien resulta novedoso para el Estado, constituye un ejercicio de gobierno milenario para los pueblos cuya misión desde la Ley de Origen es cuidar, proteger y defenderlos ríos, selvas y páramos.
Con la Política Ambiental Indígena, el pueblo Arhuaco marca un hito en la defensa del territorio y en la construcción colectiva de un sistema ambiental propio, en armonía con la Madre Tierra y fundamentado bajo sus principios dados por los Padres y Madres espirituales del territorio.
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